Por: Dizque Cinefilo
Calificación: 5/ 5
¿Cómo carajos no está nominada?
Es cierto que este año la edición número 92 de los premios de la academia está más competida que nunca; algunas categorías predecibles de su ganador, pero la mayoría y más importantes sin favoritos de quién pueda ser acreedor al Oscar. La película dirigida por los hermanos Safdie y protagonizada por Adam Sandler es una de las ignoradas en esta ocasión.
Generando ruido principalmente por la actuación de Sandler, considerada como la mejor de su carrera. ¿Qué? ¡Si! De comedias palomeras a un thriller aclamado por la crítica. Tienes que verla.
Resulta grato ver que Netflix ha mejorado notoriamente su nivel en distribuir películas, ya sea para aumentar su catalogo con títulos de hace unos años ó produciendo contenido original exclusivo para su plataforma; acaparando dos puntos clave: Viralidad y Calidad.
Una pena realmente no ver reflejado el reconocimiento que este film merece. Ben & Joshua Safdie nos regalan un intrigante drama de inicio a fin en donde el suspenso nunca ha sido mejor representado.
Todo gira entorno a un ludópata, ya saben, adicto a las apuestas. Howard Ratner (Adam Sandler), un joyero de New York, endeudado con todos y siempre en busca de la apuesta mayor. ¿No sé identifican de alguna forma? Seguro en algo somos así: Da igual, sabemos que está mal, pero queremos seguir en ello hasta sentirnos ‘a gusto’; aunque ‘a gusto’ sea terminar derrotados.
El personaje recibe un golpe —literal— y nosotros con él. Mucha o poca noción de la trama no importa, a partir de eso quieres y necesitas saber más. Un guión que justifica cada minuto de las poco más de 2 horas de duración; acto por acto un ritmo que nunca decae. Y la ‘cereza en el pastel’, escena final para que nuestra cabeza termine de explotar.
La ventaja de no tener la necesidad de asistir a un cine surge en la facilidad de ver cómo y cuando quieras una serie o película; claro, no es la misma experiencia. Sin embargo, ésta es una de las que no debes dejar pasar mucho tiempo, sin duda vale la pena.